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Albert Ellis: De los “debería” a la Felicidad


Albert Ellis fue, posiblemente, el psicólogo que más influyó en la psicología contemporánea; no solo creó la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC), sino que sentó las bases para la moderna Terapia Cognitiva (TC). Sin embargo, su enfoque es increíblemente simple. La TREC se basa en la idea de que gran parte del sufrimiento emocional y casi todo el sufrimiento emocional patológico se origina en nuestras creencias irracionales; nos dice que estas se pueden identificar fácilmente porque siempre admiten enunciarse usando alguna conjugación del verbo "deber": “yo debo...", "los demás deben..." o "el mundo debe...". Y, lo más importante, nos asegura que las creencias irracionales pueden ser modificadas si las cuestionamos y las confrontamos lo suficiente.


Ellis sostiene que las creencias basadas en “debería” son irracionales y fácilmente refutables porque no existen leyes universales que indiquen que yo, los demás o el mundo estemos obligados a nada más allá de las leyes o las convenciones sociales que son arbitrarias. Sin embargo, las creencias irracionales dominan nuestra cotidianidad causando mucho sufrimiento emocional innecesario.


Pongamos un ejemplo: Juan es un estudiante avanzado que dispone de poco dinero para terminar sus estudios, por lo que tiene que trabajar muchas horas y viajar mucho para asistir a las clases; para colmo su padre le dice que si sigue durmiendo poco se enfermará y que de todos modos no terminará este año sus estudios. A Juan, toda esta situación le parece injusta, está enojado por no conseguir un mejor trabajo y por el poco apoyo que recibe de sus padres. Finalmente, Juan entra en depresión lo que complica aún más sus planes. ¿Podemos analizar estos hechos según un esquema simple de causa y efecto?; es decir, ¿fueron los problemas de Juan los que causaron su bronca y su desánimo? La TREC nos dice que no, al menos no del todo. Plantea un esquema solo un poco más complejo al que denomina ABC, donde A son los acontecimientos, es decir, las cosas que le pasan a Juan; C son las consecuencias, es decir, la bronca, la depresión y posiblemente el abandono de sus proyectos; y, en el medio, B son las creencias de Juan (beliefs en inglés): "Mis padres deberían apoyarme y no lo hacen", "Debería conseguir un trabajo mejor", "Debo recibirme este año o seré un fracasado", "Las cosas deberían ser más fáciles". ¿Por qué las creencias de Juan son importantes? Lo que Juan crea no cambia su realidad, al menos no directamente, pero lo que la TREC nos dice es que nuestras creencias actúan como un cristal que modifica nuestra percepción de la realidad y así se interponen entre los acontecimientos y sus consecuencias, claramente modificando estas últimas.


Pero, ¿no son bastante lógicas las creencias de Juan? “¡Claro que no! ¡Son irracionales!”, nos diría Ellis. Lo sabemos, entre otras cosas, porque todas incluyen el verbo "deber". Si Juan se animara a cuestionar y confrontar sus creencias tal vez concluya que: "Preocuparse por mi salud tal vez es la forma que tienen mis padres de apoyarme, y se lo agradezco, sería deseable que me apoyaran también en formas más concretas pero, no es imprescindible", "un mejor trabajo sería preferible y no pierdo la esperanza de conseguirlo en el futuro, mientras tanto, mi trabajo es mejor que ninguno", "sería muy bueno recibirme este año, pero si no lo logro no es grave, el año entrante podré hacerlo y eso no significa nada", "las cosas son difíciles, tal vez por mis objetivos ambiciosos, pero acepto el desafío". Nótese que estas nuevas creencias no son para nada fantasiosas, por el contrario, son más realistas que las anteriores porque no le contraponen a la realidad de “lo que es” la fantasía de “lo que debería ser”. Si Juan reflexionara sobre sus creencias originales, por sí solo o junto a otra persona, y llegara a aceptar estas nuevas creencias, seguramente los acontecimientos no cambiarían inmediatamente, pero él se enojaría menos con la situación y estaría más dispuesto a cambiarla.


Este mismo esquema de confrontar nuestros “debería” se puede aplicar a innumerables situaciones de la vida ahorrándonos muchísimo sufrimiento. También, por supuesto, a situaciones con ideación suicida. De algún modo la tarea del voluntario de nuestra Línea de Asistencia al Suicida, además de escuchar, contener y acompañar es ayudar al consultante a reflexionar sobre las creencias irracionales que le están causando sufrimiento.


Ellis no tenía una postura dogmática sobre el suicidio. Consideraba irracional todo “debería”, también el “debería seguir viviendo”. En su lugar nos propone que ampliemos nuestra perspectiva de libertad confrontando nuestras creencias irracionales impuestas o autoimpuestas cambiando los “debería” por “prefiero” y que de allí surja un proyecto de vida, un “prefiero seguir vivo” y un “quiero vivir” que es la imagen más pura de la Felicidad.


 

Fuente: Usted puede ser feliz de Albert Ellis


Las opiniones vertidas en estas notas no necesariamente reflejan posturas oficiales del Centro de Asistencia al Suicida y se publican bajo exclusiva responsabilidad de sus autores.


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